ESTA FUE UNA HISTORIA VERÍDICA POR FAVOR LEANLA
23/08/02
Ese día desperté como de costumbre con un sabor de boca a tabaco y un dolor estomacal a causa de la gastritis. Lo primero que hice fue tomar un vaso con agua lo que me provocó un incremento del dolor estomacal. Encendí el estereo con mi disco de Black Sabbath – Paranoid- conforme con los acordes y las letras recordaba mis desgracias emocionales y pensaba acerca del futuro inmediato mientras me bañaba, mi hermano era el único que estaba en mi casa y al tiempo que jugaba con su consola de video, gritaba enojado que bajara el sonido argumentando que el cantante Ozzy´s Ossbarnn había vendido sus nalgas al Satán de la música (MTV), Así fue que le pedí que cambiara el disco, el decidió poner un disco de los músicos más extraños “Café Tacuba”, todo estaba bien hasta que los primeros acordes de la canción “Ingrata” tocaron mis oídos fue ahí cuando el malestar amoroso regreso a mi, acordándome que había peleado unos cuantos días antes con mi compañera temporal por la que sentía todo tipo de sentimientos menos amor, nuestra relación se había volcado a un estado de conformismo, odio y temores a la soledad. Fue ahí cuando pensé hacia mis adentros “Soy un pendejo ¿quién necesita el amor? Tan feliz que era cuando no pensaba en las mujeres”, entonces puse el disco de los Doors: Absoluty live y mientras escucha the lizzart celebrity me acorde de mi filosofo incoherente favorito Federic Nietzsche, su pensamiento acerca del amor el cual dictaba que ese sentimiento no existía y que podría determinarse como una mamada, así que pensé y lo dije “jamás voy a enamorarme”, me voy a dedicar a estudiar, a tocar otra vez en mi grupo, a echar desmadre, embriagarme como cerdo, jugar fútbol deporte que años atrás me había hecho vibrar, además de las ganas de echarme un churrito de mois que tenía más 2 años que no lo hacía.
Según yo y mi pensamiento lineal a causa de un mal educativo, una sociedad contaminada de conformismo, los medios de comunicación bombardeada de un pensamiento Gringo-gabacho, el pensamiento valemadrista, y la contaminación, esa era la solución a mis problemas así que no le preste atención y seguí con mi día normal pero antes saque de la caja de los recuerdos el disco que me había censurado mi madre, el temido disco de Molotov “donde jugaran las niñas” y solo fue para poner el track # 7, “Chinga tu madre” dedicada para todas las mujeres (excepto mi madre, claro), luego de cantarla a gritos paranoicos y repetirla por más de 3 veces, recibí una llamada de mi amigo, casi hermano, el príncipe charro o mejor conocido por los cuates por el pinche chaparro, mi amigo desde la primaria, el nació en Puebla pero nunca creció, bueno el motivo de la llamada era para avisarme que jugábamos a las 4:00 que no faltara porque eran ¼ de final, con esa buena noticia me marche a la Universidad, ese día era la elección de carga de materias, así que todos estaban hasta cierto punto emocionados y con un énfasis en la promesa eterna “ahora sí le voy a echar ganas”, cuando llegue pase inmediatamente y mi horario quedo exactamente como yo lo quería, fue así cuando me puse a platicar con unos conocidos, pero su platica plástica y materialista me pareció aburrida y hasta cierto punto molesto, así que prendí mi discman (si fuera americano, pero como soy mexicano es mi madrola). traía el soundtrack de “y tu mamá también” película que me pareció extremadamente fresa, así pasé un buen rato, cuando llegue al track 10 que era una canción de Marco Antonio Solís “Si no te hubieras ido” y por mi mente paso el sentimiento deprimente de un adolescente prematuro que quería embriagarse por haber perdido su amor, aunque definitivamente no me sentía mal por el hecho de haber discutido con mi pareja, sino por la perdida de un sentimiento que tal vez nunca había utilizado... despúes en el track 12 una rolita que motivaría a cualquier persona a seguir en el desmadre de unos poetas urbanos incomprendidos como lo son “Molotov” con su canción “Here come the mayo” que todavía quería embriagarme pero de felicidad de ser un individuo capaz de conseguir lo que sea aun bajo precio.
Casi media hora despúes recibí una invitación de unos conocidos a un bar llamado la Iguana, que se ubica enfrente de la Universidad (que bien podría haber sido confundido con un picadero de esos tan conocidos en Tijuana) aunque yo lo determinaba más como un bar Underground (nótese mi ingles burgués clase-media baja aprendido en escuela pública) pero bien podría pasar como pulkeria. Contrario al aspecto del bar la gente que lo frecuenta (la mayoría universitarios) son personas materialistas, y que la mayoría no tiene ni motivos para presumir pareciera que es moda entre los universitarios (lo peor es que asisten a una universidad pública), cabe mencionar que con las personas que asistí la mayoría eran portadores de celulares, pero ninguno tenía crédito, lo peor de todo es que nadie les marcó, su platica era totalmente sosa y ni hablar de sus chistes que eran todos fusilados de Jorge Ortiz de Pinedo, fue ahí cuando me di cuenta que un café era el mejor lugar para platicar y un bar para embriagarse hasta perderse. Harto de escuchar pendejadas decidía poner unas mermeladas (melodías para la gente bien) al acercarme a la rocola uno de mis acompañantes se me pegó y me comentó que el también estaba hasta la medre con la platica... así que lo vi a los ojos y pensé –se ve que este guey no es tan tonto-. Ya husmeando en la rocola (no mames soy un pendejo se llama sinfonola, rocola era la que regalaba Cocacola en los 70´s), me di cuanta que la música la escogieron por medio de la revista Eres y Furia musical, lo único decente era el típico disco de the doors the best, el disco 2 de parasiempre de los Héroes y por último un disco de Juanga en Vivo (la neta están chidas las rolas) así que decidí poner people strange, The End y decadencia, cuando disfrutaba del egocentrismo de Jim en people strange un ignato se atrevió a decirme –que no estaba la nueva de Eminem- solo lo vi a los ojos mientras encendía mi cigarro, me serene y acabe con mi 2º caguama en un lapso de 1 hora, me puse a platicar con el único de ellos que puedo considerar mi amigo, después de 1 hora más y otras 2 cawis, como que nos salió el lado subterráneo, dionisiaco y hasta huapachoso, la música del lugar era por lo regular malísima, pero ese día estaba para correr gente con mencionar que la única rola medio decente fue “thriller”. Le dije a ese guey que nos fuéramos a otro lado a chupar pero me dijo que nos aguantáramos otro rato, era alrededor de las 4:30, me acorde que tenía que jugar a las 4:00 pm, pero creo no hubiera llegado así que no me importó, seguimos bebiendo sin impórtanos la hora, ni siquiera que nadie había comido, lo único que llevaba en el estomago era un café y 5 empanadas de caviar (tacos de canasta para la perrada). Fue entonces cuando quise hacer la graciosa huida pero mi cuate me dijo que tenía en su casa hierbabuena pero que nos aguantáramos un rato así que me convenció, llegada las 5:30 no contábamos con recursos para beber así que uno de los weyes con los que íbamos empeño un reloj y un celular por un cartón de chelas con la esperanza de que llegara su primo a pagar, cuando llegó su primo ya habíamos terminado con el alcohol.
Más o menos como a las 6.00 de la tarde ya estábamos completamente alcoholizados y mi estado dionisiaco me hacia decir incoherencias, pero no era el único así que pase desapercibido, de ahí perdí la noción del tiempo, solo recuerdo que un grupo de chavas llegó al bar, todas ellas llegaron con una actitud de que nunca había llegado a un lugar así, cabe mencionar que eran las únicas mujeres en ese pseudoantro así que todas las miradas estaban volcadas hacía ellas, cuando entraron recuerdo que dije en un tono sarcástico –ya llegó la chamacada- y todos rieron a carcajadas (síndrome del alcohol), echamos la ultima cooperacha y salió para el último cartón, las chicas estaban en una mesa junto a la nuestra yo les daba la espalda, mi amigo me hacía señas para que las viera pero recordé los que unas horas antes había dicho así que seguí tomando, cuando fui al baño y regrese uno de esos weyes estaba platicando con ellas, al verlo lo único que pensé fue que era un arrastrado, pasó así como 20 minutos y los demás tenían una cara de “tráetelas a la mesa” a mi me hubiera dado igual, fue entonces cuando el me llamó, la verdad no tenía ganas de platicar en ese momento así que lo ignoré, me volvió a llamar así que volteé con una sonrisa nerviosa y me dirigí hacia él, me dijo -te presento a ******** -(la verdad no escuche el nombre), pese a que yo odiaba a las mujeres en ese momento, la educación es primero así que me presente. Me senté junto a ella y comenzamos a platicar mientras una rola de RunMc estaba sonando.
Entre el mareo del alcohol y la distorsión de la música estoy seguro que ella no puso atención a lo que le dije, de ahí se dio un lapso de más de 3 minutos de silencio algo que me incomodó y se que a ella también, así que me habló un poco de ella, en ese momento la observe bien era una chica bonita físicamente, pero recordé mi mala suerte con las mujeres y me puse a pensar todo lo que las mujeres podrían provocar, le pregunté que porqué me había hablado a mi, su explicación fue sin sentido –porque se ve que eres buena onda – tal vez porque era el único con el cabello largo, al momento una sonrisa sarcástica recorría mi rostro, por dentro pensaba -lo que faltaba otra chava clavada con la estética de las personas-, fue entonces cuando la mire a los ojos, mismos que me cautivaron en ese momento creo que me enamore así que comencé a platicarle acerca de mi con el propósito de que ella se interesara, a diferencia de muchas chavas que he conocido era una chica muy abierta, divertida y sobre todo inteligente, se lo comenté más de 3 veces mientras me agarraba nerviosamente mis greñas pandrosas, fue entonces que le dije algo que leí de un psicoanalista llamado “Ernest Neumann” que la personalidad se puede determinar por medio de los ojos (no tengo idea si se puede determinar la personalidad pero por lo menos si su belleza) a lo que me respondió con una mirada como diciendo “si wey”. Mis promesas acerca de la soledad las estaba rompiendo. Sin darme cuenta (tal vez por el alcohol) era como si me hubiera transportado a un cuarto obscuro con la chava la cual no recordaba su nombre, pero que despertó en el momento algo que no había sentido antes, con el pretexto de que no la escuchaba bien me acerque esperando el momento para pedirle o arrebatarle un beso, cuando la atmósfera era casi la propicia, una de sus amigas se cayó a menos de un metro de nosotros, con lo que acabó con el momento. Aunque su caída no estuvo tan mal por que las demás chavas se cambiaron a otra mesa dejándonos solos en una mesa, tal vez mis incoherencias la aburrieron pero aun así no lo demostró y participaba en la platica, era como si todo hubiera estado preparado con anterioridad, cuando empezamos a platicar cosas aun más personales regresó dicha atmósfera romántica hasta que uno de los individuos irrumpió el momento con un comentario infantil, aun así seguimos platicando pero recordé que siempre que me enamoro terminó con un gran dolor. La platica siguió, pero a medida que el tiempo pasaba mis incoherencias aumentaban, creo que ella se estaba desesperando, en ese momento se hubiera levantado y me hubiera dicho estas loco y borracho, la hubiera entendido.
Cuando la atmósfera estaba perfecta para tomar cartas en el asunto, mis acompañantes decidieron retirarse, ya alcoholizados y con hambre, así que yo también iba a hacer la graciosa huida, dispuesto a hablarle claro a aquella chava pensaba en cual sería el pretexto para acercarme a ella cuando uno de mis acompañaste se acerco a nuestra mesa solo para balbucear ¿y tu como te llamas? Destruyendo así todo el ambiente creado, fue ahí cuando reaccioné recordando todo lo que había dicho unas cuantas horas antes, así que me despedí pero no antes de decir algo que bien podría ser utilizado en una telenovela mexicana de bajo presupuesto: “me gustaría conocerte más, pero el destino va a hacer que nos juntemos otra vez” en ese momento solo faltó que ella empañara una lagrima y que la música de fondo agudizara el momento, pero no fue así. Ella puso una cara de indiferencia y después me dijo “porque no mejor me das tu teléfono” una actitud que llamó mucho mi atención y que despertó algo totalmente diferente en mi.
Me despedí con un beso en la mejilla (pero queriendo besarla desenfrenadamente) y salí del lugar pensando en visitarlo cada viernes. Mis acompañantes y yo fuimos a la casa de uno de ello, donde íbamos a seguir la borrachera, en el transcurso del camino no hubo más platica que el encuentro que sostuve, además del sinfín de comentarios acerca de porque no me propasé con ella a lo que puse de pretexto mi alcoholismo.
Llagada la noche, no pude asegurar que hora era, pero el alcohol se había apoderado de mi cuerpo, hablé a la casa de unos días antes mi novia, solo para decirle que ya no quería nada con ella y decirle con palabras malsonantes todo lo que me había callado durante los 21 días que duré con ella, todos estaban pendientes y guardaban silencio morbosamente.
Despúes de un rato y aun más alcohol mis incoherencias eran todavía mayores, cuando empecé a utilizar el termino “en nombre de Cristo” al termino de cada oración, me di cuenta de mi estado. Cuando busque en mis bolsillos solo encontré $5.00 y un papel que decía Rubicelí con un teléfono, fue ahí cuando me enteré del nombre de quien había logrado retener mi atención, así decidí marcarle, despúes de más de 9 timbrazos alguien contestó, en ese momento perdí el habla así que colgué, mientras tanto las personas con las que estaba se habías quedado dormidos, quedando despiertos solo el dueño de la casa y yo, no se porqué o cómo, pero lo que recuerdo era el estar comiendo tacos y tomando cervezas mientras veíamos como arrestaban a unos chavitos, despúes perdí la noción completamente.
A las cuantas horas 7:00 am. Aproximadamente, desperté con una cruda y con frío, así que rápidamente me despedía y me fui a mi casa donde me recibieron calurosamente con regaños y gritos, mismos que ignoré como de costumbre, en ese momento lo que quería hacer era bañarme, comer y hablarle a aquella persona con la pasé casi una hora platicando en el bar, cuando busque en mis pantalones (que por cierto olían a teporocho en noche lluviosa), el papel donde había apuntado el teléfono, no encontré absolutamente nada. Solo me quedaba esperar una llamada, que tal vez nunca llegaría, pero si algún día encuentro a esa persona no la voy a dejar ir tan fácilmente, además que todos los viernes voy a asistir a la Iguana talvez realmente el destino si va hacer que nos encontremos.